Salvemos a nuestro fútbol. Usando terminología médica el fútbol está enfermo, muy grave y en terapia intensiva. Para sacarlo de ese estado es necesario despojarse absolutamente de rencores, resentimientos y apetitos personales, de tener la capacidad de reinventarse o reestructurarse en todos sus estamentos.
Se necesita, además, de una dirigencia capaz de trabajar por el presente, haciendo equipos fuertes -futbolísticamente-, solventes y autosustentables económicamente, con infraestructura apropiada y participando en torneos atractivos y competitivos.
Es necesario visualizar el futuro planificando mediante proyectos a mediano y largo plazo, trabajando en las menores de clubes, asociaciones y de selecciones provinciales, departamentales y nacionales.
El cambio no es solo de nombres, es con estructura y planificación, dirigentes comprometidos y que tengan pasión e integridad. Necesitamos más la participación del Estado, que apruebe leyes que beneficien la pobre economía de los clubes, que construya infraestructura en beneficio de todos y que permita trabajar de acuerdo con las necesidades de cada uno.
A ello se agrega una prensa crítica, pero que sea capaz de ayudar a construir. Cuerpos ténicos profesionales, formados, actualizados y capaces de trabajar por el presente y formar integralmente al jugador del mañana. Jugadores con sentido de responsabilidad y compromiso q sean un ejemplo para la sociedad, que entiendan que el futbol es un juego y a la vez una profesión en todo el sentido de la palabra.
Si no actuamos ahora, ya, y no aplicamos la medicina que el fútbol necesita, todos seremos responsables de que el fútbol entre en su fase terminal y se muera. El fútbol se nos muere y es tarea de todos salvarlo.
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