lunes, 25 de enero de 2016

Crisis dirigencial afecta a los clubes profesionales

Entre 2013 y 2016, la inestabilidad económica de los clubes profesionales de la Liga desembocó en una alarmante crisis dirigencial, que produce constantes cambios en las presidencias de los equipos. El promedio que se maneja es de tres titulares cada dos años.

Desde 2013, cuando Mauricio Méndez dejó la titularidad de la Liga luego de 11 años, el único presidente que continúa en sus funciones es Guido Loayza de Bolívar.

Sin duda, el caso más crítico es el de San José. Desde que renunció Freddy Fernández, en 2015, las dimisiones fueron una constante. El primer dirigente que zarpó del barco fue Arturo Murillo, quien duró en el puesto sólo tres meses, que debido a la presión de los hinchas y al estado financiero del club dio un paso al costado.

Luego, asumió Iván Ramos, pero la crisis institucional y futbolística hizo que presente su renuncia. Ante esa situación, el exárbitro, Wilfredo Ortuño aceptó el reto, pero al mes dimitió, por falta de recursos económicos. Desde enero de esta gestión, Edwin Zeballos es el nuevo titular del club orureño y espera sobrellevar el déficit de la institución para sacar el barco a flote.

Otro de los casos curiosos es el de Real Potosí. Desde la renuncia de Eduardo Salamanca, en 2014, el conjunto Lila está sumido en una profunda crisis deportiva e institucional.

Alex Nicasio tomó el mando del equipo, pero después de renunciar el timón pasó a manos de Marco Ortega, quien después de unos meses se alejó de la institución para postularse a la presidencia de la Liga. Ante esa figura, el gobernador de la Villa Imperial, Juan Carlos Cejas, que fue invitado para ser el nuevo titular; aceptó el reto pero ante la falta de recursos dimitió y ahora el presidente es René Navarro.

Por su parte, Universitario de Sucre, desde la renuncia de Wálter Arízaga (2013), tambaleó un poco, porque después asumió Cristian Copa, luego Jaime Oña y finalmente, el año pasado, retornó Arízaga para mantener la estabilidad del club.

En Blooming la crisis dirigencial empezó con la renuncia de Roberto Fernández (2013), luego de su dimisión aceptó el reto Erwin Peredo, pero las deudas económicas hicieron que el cruceño opte por dar un paso al costado a inicios del 2016. Ahora, Jerjes Justiniano es el titular interino.

En tanto, Sport Boys en su ascenso a la Liga, en 2013, mostró una imagen sólida con el alcalde de Warnes, Mario Cronembold como presidente del club, pero algunos problemas personales de la autoridad lo alejaron del cargo y comenzó el calvario para el Toro. Luego, asumió Luis Alberto Ruiz, pero la debacle era casi inminente, incluso los directivos pensaron en la desafiliación, empero apareció Carlos Romero, ministro de Gobierno, y al parecer todos los problemas se subsanaron.

En cuanto a Petrolero, Federico Ibarra presidente artífice del ascenso a la Liga, renunció en 2015, luego asumió Santos Rengifo, sin embargo, la constante presión hizo que dimita y ahora el titular es Florencio Vargas, quien trata de sobrellevar la crisis económica.

Por su parte, Wilstermann, desde la destitución de Víctor Hugo López (2012), encontró cierta solidez con una nueva directiva comandada en ese entonces por Ángel Campero, pero un problema personal le impidió continuar con sus funciones y pasó el mando a Mario Montaño, quien después renunció. Ante esa eventualidad Gróver Vargas funge como actual presidente.

En Oriente Petrolero, The Strongest y Nacional Potosí no se presentaron muchos cambios en estos dos años.

Tras la renuncia de Miguel Antelo, el refinero eligió a Ernesto Álvarez, mientras, el Tigre, luego de la detención de Kurt Reintsch fue electo César Salinas. En el equipo potosino, luego de la dimisión de Gastón Moreno asumió Wilfredo Condori.

Finalmente, Carlos Yeske continúa como presidente de Ciclón, pese a los difíciles momentos económicos que atraviesa el equipo tarijeño. Intentó renunciar en dos oportunidades, pero reconsideró su decisión y asumió sus funciones nuevamente.

Mauricio Méndez explicó que este fenómeno es producido por la inconsistencia monetaria en los equipos profesionales.

Señaló que no puede haber un equipo que gaste un millón y medio de dólares, mientras existen ocho equipos que no puedan gastar ni medio millón.

Asimismo, el valluno resaltó que lastimosamente esta crisis afectó a la Liga, que en dos años cambió cuatro presidentes: Arnulfo Cabrera, Jorge Decormis, Fernando Humérez y el actual, Marco Ortega.

4 presidentes tuvo la Liga del Fútbol Profesional Boliviano (LFPB), después de la renuncia de Mauricio Méndez a la presidencia de esta entidad en 2013. El primero fue Arnulfo Cabrera, siguió Jorge Decormis, Fernando Humérez y finalmente, Marco Ortega.



MAURICIO MÉNDEZ

“La estabilidad que tenían los clubes era el núcleo que nutría a la Liga”

Mauricio Méndez, expresidente de la Liga entre 2002 y 2013, comentó que debido a los cambios acelerados que hay en las presidencias de los clubes profesionales, la Liga quedó con una imagen inestable. Señaló que las reuniones perdieron su valor real, porque ya no asisten los titulares, sino los delegados que además rotan en cada encuentro.

“Ese constante cambio de presidentes produce inestabilidad que afecta a la propia Liga, porque ante tanta rotación el Consejo Superior está devaluado, ya ni siquiera vienen presidentes. Entonces, lo que se decide en la Liga en una reunión ya no sirve para la siguiente. Yo personalmente insistía que vengan presidentes y venían, y eran discusiones tremendas: con Choco Antelo (Oriente Petrolero), Víctor Hugo López (Wilstermann), Rudy Acebedo (Aurora), Guido Loayza (Bolívar) y Ruth Reinch (The Strongest)”, explicó.

Después, indicó que esa inestabilidad de los clubes se transmitió a la Liga, porque después de su dimisión, en dos años, los ligueros cambiaron tres presidentes: Arnulfo Cabrera, Jorge Decormis, Fernando Humérez y Marco Ortega, el actual.

“Pero en la última reunión ya intentaron sacarlo y lamentablemente esto también se está transmitiendo a la Federación Boliviana de Fútbol”, resaltó Méndez.

Luego, indicó que uno de las causales para que los clubes cambien con frecuencia de presidentes es porque los equipos tienen un desconocimiento total de sus estados económicos y cuando un nuevo titular entra con ganas de aportar y trabajar, por amor a su camiseta, se encuentra con una institución con deudas abundantes, que lo obligan a renunciar.

“Nadie sabe cuánto se debe, cuánto se tiene y cuánto se debe conseguir. Todos entran con una pasión por su club, algunos por figuración, pero esos son los que más rápido se van”, agregó.

En tanto, mencionó que una de las soluciones inmediatas sería buscar un equilibrio económico para los clubes. Apuntó que durante su gestión presentó un modelo financiero que iba a ayudar a la reducción presupuestaria de la planilla con la habilitación de sólo 25 jugadores, entre ellos, cuatro Sub-20 obligatorios y cuatro extranjeros.

“Les comprobé con un modelo financiero, que con sus propios jugadores bajaban sus planillas entre 20 y 32 por ciento. Les demostramos que con la misma plata iban a terminar el torneo. Pero no quisieron aprobarlo”, acotó.

Finalmente, comentó que una vez que el fútbol del país encuentre estabilidad económica, también tendrá neutralidad dirigencial.

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