domingo, 23 de junio de 2019

Las causas reales del descalabro vienen de más atrás.

¿Se puede seguir cayendo, luego de tocar fondo?

Bolivia parece condenada a seguir cayendo luego llegar al fondo, como si al fútbol boliviano post Mundial 94 y Copa América 97 se lo hubiese tragado un hoyo negro. Nueve goles en contra, dos a favor y cero puntos. Es la peor participación del país en Copa América en los últimos cuarenta años ya que en la atípica Colombia 2001 fueron cero puntos y siete goles encajados.

El partido de hoy fue otro “copiar-colar” de la olvidable “Era Villegas”. Cero ideas, nada de orden defensivo, ninguna idea para retener el balón en medio campo y peor para atacar. Por una vez en el primer tiempo, se vio un recurso que en otras épocas era habitual en el fútbol boliviano que era el remata de media distancia. Exacto. En una época no muy lejana Bolivia, incluso con su pobreza franciscana, tenía alternativas de remate a portería cuando no podía llegar verticalmente.

Qué contraste con la Venezuela de Dudamel. Empezando por el estado físico de los jugadores de la Vinto Tinto. Ya lo decía hace tres semanas en Nantes el DT de la Campeona del Mundo actual, Didier Deschamps cuando le preguntaron sobre el estado de los bolivianos: “poco físico” declaró a L’Equipe. ¿Hubo algún trabajo mínimo de preparación física para compensar el mal estado en que llegan de la División Profesional?

Porque así, a sabiendas de que Villegas fue una de las peores elecciones posibles para DT de Bolivia, no lo podemos echar toda la responsabilidad. Y del mismo modo que el irresponsable conductor de la FBF desquitó toda la carga en los jugadores, tampoco es el único responsable del desastre que sucedió en Brasil.

Las causas reales del descalabro vienen de más atrás. En la misma semana de las derrotas frente a Perú y Venezuela (y no nos cansemos de recordar que durante treinta años estas selecciones estaban por debajo de Bolivia) la FBF autorizó una extraña moción emanada del Club Bolívar (BAISA) de autorizar en la Liga hasta seis extranjeros por partido y por equipo en cancha. Es decir que el espacio para los juveniles y nuevos valores, que mal que mal han ido alimentando la Liga y los equipos bolivianos desaparece.

Podemos despotricar contra Villegas como ese trío de hinchas bolivianos que hoy se acercó a la baranda del Minerão a increpara al DT boliviano. Pero claramente él no es el culpable de los daños estructurales al fútbol boliviano. Ciertamente su convocatoria de jugadores fue un remedo de Selección bajo la excusa de la “Renovación” (algo parecido le sucede al “Bolillo” Gómez con Ecuador). Dejó fuera de la convocatoria a cuanto jugador volante de creación y de poderío ofensivo existe en la Liga de Bolivia, siendo el caso más sonado el del “Caballo” Saucedo.

El estado de situación del fútbol boliviano provienes quizás en lo interno, en la toma de control de los clubes por “gente que vive del fútbol” como dijo Marcel Martins, o de grupos de nuevo ricos que han encontrado en el fútbol una tarjeta de presentación que nunca tuvieron. Cada vez más lejana va quedando la era de los Mario Mercado, los Rafael Mendoza, los Oxa Bustos en La Paz, los Roberto Paz en Santa Cruz. Los títulos de Tahuichi Aguilera y Enrique Happ en las ligas juveniles internacionales ya son a estas un lejano recuerdo de un enfoque a la niñez y a la juventud que no existe más. ¿hay algún incentivo real hoy en día para la alta competición de niños y adolescentes a nivel internacional? Para nada, ¿verdad?,

En un país de miles de canchitas de pasto artificial, el primero equipo del país que es la Selección Boliviana no cuenta con un centro de entrenamiento propio. No se hizo nada en estas dos décadas al respecto. Y nunca se habló más del Centro de Alto Rendimiento que FIFA había financiado en su integralidad en Cochabamba, y tampoco se buscó concluirlo.

Finalmente, los Clubes bolivianos, salvo Royal Pari que pasó este año a Octavos de Final de la Sudamericana, brillan por su ausencia en los torneos internacionales. En ese sentido ya jugar en el Siles, el Jesús Bermudez o el Capriles ya no da miedo por la altura. Son puntos fáciles que los equipos internacionales se empeñan en cosechar.

No despotriquen tanto contra el DT Villegas. Desde sus épocas de jugador en Petrolero y The Strongest, Eduardo Villegas siempre fue una suerte de anti-héroe de Shakespeare estoico, destinado a sufrir, pero sobretodo a perder. No tuvo, no tiene ni tendrá éxitos en alta competición internacional. Eso sí, los que lo pusieron al mando de la Verde, debieron ver el carácter poco combativo y competitivo de este DT.

El pobre Villegas probablemente ni siquiera entiende la magnitud del Tsunami que le acaba de pasar por encima. La responsabilidad de la debacle del fútbol boliviano es colectiva, porque no es más ni menos que un reflejo de cómo funciona nuestra sociedad en el Siglo XXI. Salinas, el mandamás de la FBF, mismo es un concentrado de esa visión: la de una sociedad corto-placista en términos económicos, que no invierte ni cuida a su niñez, que está muy concentrada en festividades locales de toda índole, en bebidas espirituosas y que no está dispuesta a mínimos sacrificios para tener logros mayores a nivel internacional. /Urgentebo

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