lunes, 27 de marzo de 2017

Coincidencia: hace 54 años Bolivia vibró con la victoria ante Argentina

Las coincidencias que tiene la vida y el fútbol. El 28 de marzo de 1963, Bolivia se medía con Argentina en el recordado Sudamericano que ganó el país. Mañana, en la misma fecha, la Verde recibirá a la albiceleste en Miraflores por las Eliminatorias.

Las circunstancias en las que se enfrentan en esta ocasión son distintas. Hace más de cinco décadas el equipo nacional peleaba el título y hoy está eliminado del Mundial a Rusia 2018.
"La rueda sin fin del fútbol” pondrá nuevamente a ambas selecciones frente a frente, y en el mes de la mayor gesta futbolística que tuvo nuestro balompié es inevitable recordar ese encuentro inolvidable que tuvo nuestra Selección en 1963.

La campaña

Bolivia comenzó el Sudamericano empatando 4-4 con Ecuador ante la furia de la afición paceña, que criticó con todo a los jugadores que fueron despedidos con insultos. La hinchada presagiaba un papelón. Días después el equipo dirigido por Danilo Alvin se midió en Cochabamba ante Colombia, a la que derrotó por 2-1, en encuentro que se disputó en el estadio Félix Capriles.

El Equipo de Todos comenzó a ser favorito con el triunfo ante Perú por 3-2, en el Siles. La gente empezó a entusiasmarse con el 2-0 contra Paraguay en el Valle. Para llegar con vida al compromiso con Brasil necesitaba imperiosamente un triunfo frente a Argentina.

Obligado a ganar

Debido a la gran campaña de Paraguay, Bolivia estaba obligada a superar a su par de Argentina para llegar al último partido con posibilidades de ganar el título. Hasta ese momento los albirojos habían disputado cinco encuentros de los cuales ganaron cuatro, haciendo un total de ocho puntos, uno más que Bolivia. Si el equipo nacional perdía, le dejaba el camino abierto a Paraguay para que obtenga el título frente a Argentina en su último partido

La gente durmió en las afueras del estadio miraflorino para presenciar el choque entre bolivianos y argentinos el recordado 28 de marzo, cuando se disputó un partido no apto para cardíacos.
En el partido, Fortunato Castillo abrió el marcador para Bolivia, Rodríguez empató, y la Verde se puso en ventaja nuevamente con tanto de Ramiro Blacut; sin embargo, a 10 minutos del final empata otra vez Rodríguez.

El penal decisivo

En el minuto 43, el juez peruano Yamasaki cobra penal para Bolivia ante los reclamos airados de los argentinos. Max Ramírez remata el disparo al centro y el golero Andrada la toca providencialmente con los botines y manda al córner. Mientras los argentinos se congratulaban entre ellos, y en especial a su arquero, Camacho se da cuenta de la desconcentración y apuró a Castillo para el lanzamiento del tiro de esquina, se eleva y con un soberbio cabezazo pone el 3-2 definitivo ante la euforia de la tribuna. Fue un tanto que enloqueció al país, fue el gol del título.

Un cabezazo que levantó al país

El recordado Wilfredo Camacho fue el héroe de aquella jornada memorable que tuvo la Selección boliviana. El tanto que marcó a dos minutos del final del partido enloqueció a toda Bolivia.
En el libro 50 Años de la Epopeya, el periodista Mario Cucho Vargas recordó el relato que hizo en su programa La verdad desde la cancha, de aquel momento que paralizó al país.

Este es el fragmento del relato de Cucho Vargas en el Sudamericano de 1963, una hazaña que cumple 54 años: "De pronto, carga penetrante por la derecha y Blacut que elimina a Cardozo y levanta centro que intercepta con la mano, dentro del área, Griguol. Penal. Evidente. Protestas argentinas. Más que por la justicia del fallo, creemos que porque sabían que de ser convertido, la derrota era inevitable. Ramírez al frente. Varios de sus hombres de espaldas al arco de Andrada.

Sin querer mirar. Andrada nervioso, recorriendo su arco de un lado a otro. Atándose los botines.

Guerra de nervios para el Chino. Silencio sepulcral en el estadio. Tensión que se multiplica y la orden de Yamasaki. El penal. Se ejecuta deficientemente. Casi al centro. Andrada pone las manos y el balón se va al córner. Tribunas enmudecidas y abrazos para el golero.

Va a terminar el partido y Castillo ejecuta el córner desde la izquierda. Todavía atinamos a observar a Camacho alentando a Ramírez. De pronto, el cabezazo con alma y vida casi al borde del área. Gol camachista. De corazón. De enorme corazón. Delirio en las tribunas enloquecidas con el tanto que le daría el campeonato a Bolivia. Vibra el país todo ante la conquista. Nada ni nadie puede impedir ya la victoria boliviana”.

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