lunes, 17 de septiembre de 2018

La ‘amenaza de muerte’ que inquietó al vasco



Tres días después de la victoria de Bolivia sobre Venezuela en Puerto Ordaz (1-7) —18 de julio de 1993— en el arranque de las eliminatorias para el Mundial de Estados Unidos de 1994, el técnico Xabier Azkargorta recibió amenazas de muerte a través de una carta anónima que llegó al hotel Max Inn, donde se había instalado el cuartel general de la Verde.

“Si el equipo no se clasifica para el Campeonato del Mundo de 1994, olvídese de su existencia”, decía el anónimo que recibió el entrenador vasco y que fue reflejado en la edición impresa del jueves 22 de julio de ese año por el periódico El País de España.

La dirigencia de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) actuó de inmediato y pidió seguridad especial para el técnico y toda la selección, a cargo del Comando Departamental de la Policía Boliviana.

Esa entidad del orden designó al entonces teniente Jhonny Coronel Ayala para que se encargara de comandar el resguardo de los seleccionados.

El oficial recuerda que en esos días se encontraba en La Paz, luego de haber retornado de Potosí, y estaba a la espera de un nuevo destino.

“Como yo estaba a disposición me mandaron para hacer ese servicio al hotel Max Inn solo los dos primeros días, porque la instrucción era que iba a haber relevos en el servicio cada 24 horas; pero a solicitud de la FBF y el propio profesor Azkagorta, que enviaron las notas respectivas al Comando, nos quedamos encargados de la seguridad de la selección mi persona y un suboficial de nombre Jesualdo Choque, quien ahora ya está jubilado”.

El hecho, la amenaza, pasó a ser una anécdota más de las tantas que se vivió en el proceso eliminatorio.

“Nadie se explicó entonces —recuerda el oficial que ahora tiene el grado de coronel— el motivo por el que fue enviado ese anónimo y sobre todo luego del exitoso debut que tuvo la selección. A alguien se le ocurrió mandar la nota que originó una duda razonable, pudo ser cierta o falsa la amenaza, pero siempre se tienen que tomar las medidas precautorias y en este caso la Policía lo hizo y por eso es que nos declararon en comisión durante todo el proceso”.



Coronel se constituyó en el jefe de seguridad del técnico Azkagorta y de la selección. “Estábamos presentes en todas las actividades: entrenamientos, visitas que realizaban a diferentes entidades y en el hotel nos encargábamos de que se cumplieran las instrucciones del profesor, que tenían que ver que no ingresen al recinto personas ajenas a la selección, entrevistas con los periodistas, teníamos que hacer cumplir a cabalidad los horarios dispuestos para todas las actividades”.

Los días de los partidos “entrábamos hasta los camarines y también estábamos siempre al lado del profesor en la casamata de suplentes velando porque no haya ningún atentado o cosa parecida”.

Coronel y Choque pasaban alrededor de 18 horas diarias con la exitosa selección. “Entrábamos a las seis y media de la mañana, no podíamos llegar más tarde, y cerrábamos al hotel pasada la medianoche y no entraba nadie más”.

El oficial dice que también se siente parte del éxito, porque fueron tres meses “acompañando a todo lado” al DT y al resto de la selección. “Incluso después de la clasificación nos quedamos por lo menos una semana más porque continuaron con varias actividades, por ejemplo asistir a la Prefectura y a Palacio de Gobierno para todos los reconocimientos que les hicieron”; de manera que “tuve la oportunidad y la dicha de ver de cerca cómo la selección se clasificó por primera vez y por sus propios medios a un mundial de fútbol”.
El oficial Jhonny Coronel (izq.) junto a Cristaldo en una práctica en el estadio Hernando Siles.

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