viernes, 9 de octubre de 2015

Falta de jerarquía, oficio y fútbol



Peor no le podía ir a Bolivia en su debut en las eliminatorias mundialistas para Rusia 2018, porque fue un equipo sin jerarquía, falto de oficio y exhibió poco o nada de fútbol. Por todo eso, ayer cayó en su otrora inexpugnable escenario, el estadio Hernando Siles, frente a Uruguay, el seleccionado que más miedo le tiene a la altitud y que, sin embargo, se llevó una cómoda victoria (0-2).

La selección nacional fue desastrosa en lo futbolístico, y no hizo otra cosa que desnudar la marcada diferencia a favor de un rival ducho, bien parado, ordenado en una doble muralla defensiva con base en un libreto bien pensado, y con categoría individual de sus futbolistas.

En determinado momento el desempeño boliviano dio pena por sus muchísimas dificultades para estar a la altura de una competición internacional, todo porque le faltaron argumentos, apelando solo a los centros, a los disparos desde afuera, a algún tiro libre, a mover la pelota de aquí para allá, pero nunca a protagonizar una jugada frontal, bien concebida, como para quedar cara a cara con el golero, o sea generar verdaderas opciones de gol, y así lógicamente fue difícil sacar algo bueno.

A los 3 minutos Uruguay estuvo a punto de anotar el primero, pero Daniel Vaca sacó estupendamente. A los 10, el golero volvió a tapar, de nuevo muy bien, aunque esta vez la pelota le quedó a Cáceres y éste con arco a su disposición no perdonó (0-1).

Es verdad que gran parte del primer periodo se jugó en cancha de Uruguay, que Bolivia tuvo la pelota casi todo el tiempo, pero lo que faltó fue pensar jugadas, tener claridad y que las opciones fluyeran. O sea, un trabajo para destruir la propuesta del conjunto adversario y no dejar que el azar se encargara de ello.

Hubo una acción a los 15 minutos que hizo la diferencia: Zampiery lanzó en profundidad, Duk ganó y casi sin ángulo definió, merecía ser gol, pero el balón pegó en el travesaño. Porque después fueron remates de Campos, o de Arce, alguna escapada de Zampiery pasado en revoluciones, un tiro fuerte de Chumacero, todo fue mero empuje e intentos individuales.

La segunda parte no cambió, solo que las posibilidades de Bolivia fueron decreciendo. Los cambios que hizo el DT Julio Baldivieso no funcionaron, el equipo se desordenó por completo y de paso vino el segundo gol uruguayo a los 24’, tras un centro pasado de tiro libre que halló a Godín solo en el segundo palo, cabezazo y adentro. Bolivia se hundió en su ineficacia. Hubo mucho empuje desde días antes. A la hora de la verdad, lo que faltó fue mostrar juego en la cancha.

La figura - Diego Godín

Ante tanto centro lanzado por los bolivianos, Diego Godín fue el baluarte en la defensa charrúa. Además anotó el segundo gol.

El árbitro - Regular

Patricio Loustou le dio una mano a Uruguay, paró mucho el juego y le permitió respirar y no lo disimuló. No es que falló en los cobros.

Los datos

Figura local

Si el arquero Daniel Vaca fue figura en el primer tiempo es por algo: atajó por lo menos tres pelotas con destino de gol, con otra más ya no pudo porque estaba batido.

Muslera

Menos trabajo tuvo Fernando Muslera en el arco de Uruguay. Pasó algunos sustos y dos veces sacó disparos de Campos.

Expulsado

En caliente, Jair Torrico barrió a un rival a los 25’ del complemento. Fue roja directa. Bolivia ya caía 0-2.

De Tabárez a Baldivieso hubo mucha diferencia

La mano del técnico es cuando se debe notar en esta clase de partidos y en esa pulseta Óscar Washington Tabárez se impuso a Julio César Baldivieso. De pronto se notó demasiado la experiencia del más veterano de los entrenadores en estas eliminatorias con el más joven. El viejo lobo supo qué hacer, a su oponente no le salieron las cosas.

Tabárez tuvo dos días para reunir a los jugadores y desarrollar con ellos dos prácticas en Santa Cruz: los ordenó de tal forma que armó dos bloques defensivos y puso una conexión del medio campo hacia adelante para que también tuviera chances ofensivas. Los paró con solidez atrás y también adelante, no recibió ningún gol y convirtió dos.

Baldivieso dispuso de diez días y su propuesta futbolística no la mostró para afuera durante los entrenamientos, en eso fue muy reservado, sin embargo ya en la cancha el resultado fue la falta de ideas y de argumentos para romper la propuesta del contrario. Caer así no tiene discusión.

Al inicio solo con un delantero

Duk, en punta

La propuesta inicial de Baldivieso fue un 4-4-1-1. En realidad no hubo pareja ofensiva, porque Juan Carlos Arce jugó más retrasado y más abierto, entonces Yasmani Duk apareció como único hombre de punta. Fue la primera carencia notoria.

Dos de área

Después los cambios llevaron a que Bolivia jugara con dos centrodelanteros de área, que se perjudicaban el uno al otro. Entró Óscar Díaz, por un volante mixto (Alejandro Chumacero) y se fue a dar cabeza con cabeza con Yasmani Duk. A la larga el remedio fue peor que la enfermedad.

Gran carencia

Jhasmani Campos manejó hasta por ahí los hilos de la mitad de la cancha para adelante. Pero más que crear opciones de gol para sus compañeros, o sea habilitarlos, fue hombre de definiciones con disparos de lejos y algún tiro libre. Así no hubo alimentación a la tarea ofensiva, que tampoco se subsanó cuando ingresaron Damián Lizio y Rudy Cardozo.

Lo que faltaba, que nos gane Uruguay

Nueve veces vino antes Uruguay a La Paz para jugar contra Bolivia por las eliminatorias mundialistas y jamás se llevó un triunfo, el primero fue el de ayer (0-2) y merecidamente porque fue superior. Eran otros los tiempos en que el estadio Hernando Siles era inexpugnable y allí se hacía fuerte la Verde. Los charrúas incluso la tenían clara, porque dentro de sus cálculos estaba volver a perder ayer en Miraflores.

Como ganaron, quizás por eso festejaron en grande cuando el árbitro Patricio Loustou dio por concluido el juego. No era para menos, porque tuvieron que pasar 54 años para que Uruguay consiguiera un triunfo en La Paz frente a Bolivia en esta competición.

La selección nacional que entró a la cancha de Miraflores ayer no tuvo forma de defender ese invicto histórico, y lo peor es que dejó escapar la gran posibilidad que no tuvo en las cuatro eliminatorias anteriores —cuando le tocó más bien visitar a Uruguay—: comenzar ganando.

Quedó en mero recuerdo la última victoria conseguida frente a este mismo rival, eso sucedió en 2002. Bolivia se impuso por 4 a 1 dando un concierto futbolístico con tres goles de Carlos Saucedo en su debut y el restante de Gualberto Mojica. Fue una tarde diferente a la de ayer, pues Bolivia tuvo de todo: desde generación de juego hasta puntada final.

Ya otras veces la Verde había tropezado ante la celeste pero no como ayer. Antes de esa caída por goleada, los uruguayos habían empatado tres veces consecutivas en el Hernando Siles —como lo hicieron cuando por primera vez jugaron en el año 1961—.

Después del décimo encuentro Bolivia vs. Uruguay disputado en La Paz, la historia ahora dice: cinco triunfos bolivianos, uno uruguayo y cuatro empates.


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